La vida de cada ser humano es un estimulante, rico y a veces complejo sistema montañoso, repleto de cumbres por coronar.
Cada ascenso pone a prueba la capacidad del ser humano para superarse.
Hay estupendas llanuras para descansar y cristalinos estanques.
Pero el ascenso nunca culmina.
Cuando crees haber llegado a la cumbre, se esconde detrás otra aún más alta.
Querer conquistarla reabre de nuevo el camino de la ilusión y la esperanza.
viernes, 28 de noviembre de 2008
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La sensibilidad que atesoras hará irrenunciable visitar, todos los días, éste nuevo proyecto que pones en marcha. Animo, un fuerte abrazo
ResponderEliminarMe hace mucha ilusión que hayas decidido, por fín, compartir tus sentimientos, vivencias y reflexiones durante el ascenso a tu montaña interior.
ResponderEliminarAunque parezca que en la cordada estás sola, nunca lo estarás.
No te canses, "Arwen".
Un besoabrazo.